Escrutar en la mente de los otros. Leerla como un libro y atravesarla hasta sentir como propias sus vivencias.
Esto es lo que el misterioso Benjamin desea. El asesino sin rostro quiere unirse a sus víctimas en un abrazo macabro.
Ahora persigue a Clarice Anderson. Algo en ella lo atrae irresistiblemente... pero en su camino se interpondrá Dylan Dog.
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