Marcó un nuevo rumbo en la evolución del medio, hacia su consolidación como una de las artes y no como simple entretenimiento para niños en tanto que paso previo a lecturas más complejas. Eisner dignificó el cómic haciéndolo mayor de edad. Precedentes en este camino hacia el tebeo para adultos lo tenemos en Mort Cinder, Bloodstar y Tarzan of the Apes, pero sólo Eisner dio con el nombre comercial (hay que tener en cuenta que en EE. UU. la denominación común es comic, lo que no parece ir acorde con ciertas temáticas). Sin embargo, ya se utilizaba en en los 50 por la editorial Dolar: Novelas Gráficas para Adultos, en un intento de superar la denominación de tebeo (por la revista infantil) o de historieta (con connotaciones despectivas).
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